A 8 años de la desaparición y muerte de Luciano Arruga
Mónica, la madre de Luciano Arruga, grita “Nunca Más” por su hijo y por todos los pibes que faltan en los barrios: “Todos los días matan a uno y el Estado es responsable”.
Soy Mónica Raquel Alegre, la madre de Luciano Nahuel Arruga, un negro villero que se fue con sus convicciones intactas, no se doblegó ni lo doblegaron. Pasaron ocho años y sigo esperando respuestas. Hay muchas respuestas que el Estado mismo no me las da. El Estado fue y es responsable. No solamente de la muerte de Luciano sino de la muerte de muchos pibes. La verdad que a medida que va pasando el tiempo me genera más bronca y más indignación. No sé si es el dolor. Es indignación. Van pasando los años y vos seguís en la misma postura y nadie se hace cargo de nada. Y queda en el tiempo como que a un pibito lo atropelló un auto y no es así, porque sabemos que no fue así. A Luciano lo mataron. Y nadie se hace cargo de eso.
No estoy bien. Extraño su compañerismo, su amistad, su fortaleza y su apoyo. Era muy compañero para mí. Lo recuerdo como el típico pibe de barrio, como todos los de acá. Que salía a buscar su moneda, que cartoneaba para traer unos mangos. Un pibe común de una madre soltera con tres hijos. Era un pibe de barrio que vivía en un ranchito con los suyos. Era mi hijo. Luciano tenía sus defectos, como todos los tenemos, pero también tenía muchas virtudes. Hay que tener mucha entereza para estar cagándose de hambre y que te ofrezcan plata y vos digas: “No, eso yo no lo hago”. Eso es tener mucho coraje. Ese era mi negro.
Hay muchos pibes como Luciano, que no conocemos, que no se dan a conocer. Hay tantísimos casos en los que no se tiene la fortaleza, la voz, las agallas ni el empuje que tuvo Vanesa para visibilizarlo. Lamentablemente hay muchos casos que quedan ahí y ni se conocen. Todo sigue igual. Todos los días matan a un pibe y nadie se hace cargo. Mi barrio es un caos. La Policía sigue haciendo lo mismo con las zonas liberadas: se vende droga todo el día en la calle. El policía se lleva su parte, el comisario se lleva su parte, el jefe de Policía se lleva su parte. Ese es el negocio, mandan a robar a los pibes y ellos mismos les dan las armas. Y cuando a la Policía le molesta un pibe lo mata como a un perro. Cuando ya no les sirven es material descartable. Los pibes para la sociedad y para la Policía son descartables y nadie toma conciencia.
Cuando escucho en los medios de comunicación que hablan de bajar la edad de imputabilidad siento indignación. ¡14 años! Vos ponés a un pibe preso en una institución a los 14 para, teóricamente, que sea más apto para vivir en sociedad. Pero la realidad es que el pibe ahí adentro va a pelear por su vida, por una zapatilla o una campera. Y ese pibe sale de ahí con bronca hacia la sociedad; va a salir más malo de lo que entró. Y tal vez ese pibe solo robo una cadenita. ¿De qué reinserción hablamos si ese pibe sale de ahí con más odio? Ahí se le da cátedra para que sea un delincuente brutal. Se fabrican delincuentes en masa. ¡14 años, es una locura! Yo no estoy de acuerdo. Pero soy una más en el montón. Lamentablemente esto va a seguir hasta que no tomemos conciencia. Somos pobres y muchos, somos mayoría. Esto va a seguir igual en la medida que nos sigan dividiendo. Está en nosotros cambiar. Y a veces la gente no se da cuenta de que tenemos que juntarnos. La sociedad tiene que decir basta. Pero basta en serio. No con una leyenda en una remera. Es un camino muy largo y difícil de seguir.
Una vez más, voy a poner lo mejor de mí. Como todos los años pido justicia, no solo por Luciano. Mi hijo ya no está pero voy a recordarlo como el pibe de barrio y convicciones que era. Voy a seguir gritando "Nunca Más" por los pibes que todavía están, los que nos quedan. Nunca Más con nuestros pibes.
* Publicado originalmemte en Revista Cítrica
** Fotografía: Nicolás Cardello