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Buscando un símbolo de libertad


Asoma la tarde sobre la avenida Cabildo. Las personas recorren locales de ropa y tecnología al ritmo que se colisionan en paroxismos degradantes. El registro del otro es aterrador, inexistente. Estorbos, obstáculos, autómatas entramados en una carrera contra el tiempo. El bullicio, el griterío, el ruido de máquinas excavadoras, la velocidad de veredas infranqueables, personas desechas en umbrales indecorosos. Individuos que brotan de todos los ángulos, convulsionados, congestionados. Nos alejamos un par de cuadras dando rumbo al tugurio para entrevistar a un entrañable amigo, Osvaldo Bayer. Él nos recibe a paso lento, sereno. Ingresamos a su casa decorada con cuadros, premios, fotografías de la vida, paredes empapeladas de libros hasta el cielo raso, archivo de un recorrido turbulento en este mundo.

Osvaldo Bayer, escritor, historiador y periodista. Es uno de los últimos sobrevivientes de una generación que compartió las vicisitudes del siglo XX. Ha publicado importantes libros y ha rescatado del olvido histórico, hechos como los que relata en “Los vengadores de la Patagonia trágica” sobre la masacre de obreros patagónicos en 1921; asimismo escribió “Los anarquistas expropiadores y otros ensayos”, “Fútbol argentino”, “Rebeldía y esperanza” y la biografía “Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia”. También incursionó en la novela, con “Rainer y Minou”.

Bayer: Bueno, ustedes dirán.

Leandro: El número que estamos preparando en la revista tiene como tema y como tópico, la construcción y la realización de los mitos, de la mitología, no solo griega sino cotidiana. Y por eso nos parecía que siendo vos historiador, con tantos años de historiador, preguntarte qué relación ves entre la historia y los mitos. Siendo que vos investigaste a Severino Di Giovanni[1], y que dentro del anarquismo es no solo un personaje que ha vivido y padecido las incumbencias de este país, sino también que se ha creado un mito en relación a él. ¿Querés contarnos en relación a la investigación que vos realizaste?

Bayer: Bueno, me ocupó realmente mucho tiempo lo de Severino Di Giovanni, con sus pros y sus contras, era un hombre que pensaba a fondo, que quería saber, marchar hacia adelante y así le fue. Es decir, sinceramente, no pudo seguir adelante. Él quería llegar al anarquismo total y así le fue. Un hombre que quería hacer la revolución ya mismo, y pobre fracasó en ese sentido.

Leandro: Dejó una huella…

Bayer: Dejó una huella, sí; pero fracasó evidentemente, no pudo lograr nada de lo que quiso.

Leandro: Me quedó mucho la impresión que vos tenías de las cartas que él le escribía a América, su romanticismo.

Bayer: Era un verdadero poeta el hombre.

Leandro: Vivía con una desmesura libertaria.

Bayer: Libertaria, sí, así es.

Leandro: Justamente trajimos una versión del libro que tenemos allá en la Biblioteca José Ingenieros[2], y lo trajimos…Ya que te veníamos a visitar.

Julia: Éste es, el de Severino.

(Bayer firma el libro)

Martín: ¿Era una época donde el romance estaba con el anarquismo?

Bayer: Sí, se creía en la revolución y se creía poder realizarla. Así que avanzó muy rápido él (Di Giovanni).

Martín: ¿Quizás sin ese romanticismo, tampoco hubiese habido esa efervescencia?

Bayer: Sí, así es.

Joaquín: Creo que podemos pensar ese momento en que un personaje histórico, pasa a ser mitológico de un momento al otro, sin algo definido, que creo es un poco por donde había empezado a preguntar Leandro. ¿Vos qué opinión tenés respecto a esa diferencia problemática que se hace a veces entre mitología e historia?

Bayer: La verdad que Severino Di Giovanni es una leyenda, ¿no? Y no pudo seguir adelante, la sociedad lo líquido sinceramente. Murió fusilado, un hombre con muchos principios que finalmente cayó, que finalmente no pudo lograr lo suyo. Quiso lograr lo que él quería y no pudo evidentemente, quería hacer la revolución.

Leandro: Un héroe trágico.

Bayer: Un héroe trágico, sí.

Leandro: Y hoy en día con tus 90 años, ¿cómo ves a las ideas libertarias en relación a esta época?

Bayer: Como siempre, con sus principios, con el no quedarse atrás pero tampoco lograr nada en el momento.

Martín: Y Osvaldo, en relación a lo que decías sobre tus investigaciones hace un momento, ¿cómo es que llegaste a publicar ese libro de poesías[3]? Imagino que es algo que no es de ahora, sino que te atravesó siempre, ¿no?

Bayer: Sí, sí, siempre. Que linda la poesía.

Martín: ¿Y cómo te decidiste a publicarlo?

Bayer: Que lindo, ¿no? Sinceramente es algo que valió la pena hacerlo, me gusta.

Martín: ¿Era algo pendiente la poesía?

Bayer: Sí, siempre, siempre me gusta leerla, no escribirla ya, pero sí leerla.

Martín: ¿Y estos poemas de cuando son?

Bayer: Estos poemas son de antes y de ahora.

Joaquín: Y para vos Osvaldo, ¿qué es la poesía?

Bayer: La poesía es la cosa más hermosa de la vida, ¿no? Sinceramente es el arte de las artes la poesía. Es el soñar, el dar pasos adelante, el querer vivir otra vida. Ojalá siga adelante la poesía, y no se atrase como dicen algunos.

Martín: ¿Tendría que para no morir, no quedar solamente en manos los intelectuales la poesía, no?

Bayer: Sí, claro. En realidad es de la juventud, ¿no? Que cosa hermosa.

Joaquín: ¿Querés leer alguno de tus poemas?

Bayer: ¿Ahora?

Joaquín: Sí, si querés.

(Leandro le alcanza el libro de las poesías).

Bayer: ¿Querés que lea alguno en particular?

Leandro: No sé, el que vos quieras.

Bayer: El que a vos te guste. El que más te guste.

(Bayer nos lee “Sagitario”[4])

Leandro: (Retomando la conversación) Ya estamos cerca del primero de mayo, y está la memoria como una reivindicación, hay que acordarse de los Mártires de Chicago. Tantas luchas los primeros de mayo, de Simón[5].

Bayer: Sí, así es.

Martín: Y ya que estamos hablando de los mártires, Osvaldo, ¿cómo te encontraste, cómo llegaste por primera vez con la historia de los Mártires[6]?

Bayer: No recuerdo, vino solo, de por sí. Muy lindo, tan especial era eso.

Martín: Aquellos discursos enfrentando a esa justicia opresora…

Bayer: ¿Ustedes cómo llegaron a los Mártires de Chicago?

Martín: Fue alucinante, yo soy actor, y hace poco en la José Ingenieros hicimos los Mártires de Chicago, lo hicimos con mi abuelo que era anarquista también, y muy fuerte hacerlo, ¿no? Fue extraño y fascinante ponerse en esa piel. ¿Te pasa algo así con lo histórico, de ponerte en la piel cuando investigas?

Bayer: Sí, sí, siempre he vivido en la poesía, y seguiré.

Martín: ¿Es una forma de vida?

Bayer: Sí, es hermosa, es una búsqueda.

Joaquín: Claro, la poesía que está en la historia también, no hacer esa división entre una y otra como se hacía en el siglo XVIII, ¿no?

Bayer: Claro, así es. Muy bien chicos, sigan así con la poesía.

Leandro: Cuando salió este libro de poesías “El Exilio”[7] que escribiste junto a Juan Gelmán[8], de aquel tiempo, ¿tenés alguna anécdota?

Bayer: El solear, el solear en el exilio, el vivir la poesía, vivir siempre la poesía. Todas las noches leer una poesía… Y yo seguiré así, sí.

Martín: ¿Y cómo era Juan Gelmán?

Bayer: Un gran amigo mío, lo quería mucho. Una muy buena persona.

Leandro: Siempre has mencionado que te gusta la poesía de Hölderlin[9].

Bayer: Sí, siempre me gustó.

Leandro: ¿Y cómo es tu relación con Alemania?

Bayer: Buena. Alemania siempre un país vencido tratando en búsquedas de solventar ese vacío tremendo que fue la guerra. Yo la posguerra la pasé allá.

Leandro: Toda la reconstrucción.

Bayer: Sí, la reconstrucción. Que error tremendo con ese loco Hitler, ¿no? Y seguimos así, en búsqueda de la paz eterna.

Leandro: Se suele decir que “quien no aprende de la historia está condenado a repetirla”, ¿vos pensás que es puntualmente así? ¿O aun sabiendo la historia parece que está el eterno retorno del que hablaba Nietzsche?

Bayer: La búsqueda, la búsqueda…

Leandro: ¿La búsqueda está?

Bayer: La búsqueda: ¿Qué somos? ¿Qué buscamos?

Leandro: La filosofía.

Bayer: El fondo de la vida, sí. ¡Qué lindo…y qué búsqueda! ¿No?

Leandro: Un gran enfrentamiento.

Bayer: Muchas gracias por venir chicos.

Martín y Joaquín: Gracias a vos.

Julia: Gracias por recibirnos.

Bayer: Vengan otra vez, cuando quieran, y nos tomamos unos mates.

(Compartimos con Osvaldo unos vinos para brindar, y Julia le dio algunos libros más de la Biblioteca José Ingenieros para firmar).

Martín: (Retomando la conversación mientras se brindaba) Salud y RS (Revolución Social), este saludo anarquista, ¿tenés idea desde qué época viene?

Bayer: Creo que desde principios del siglo pasado.

Martín: Que tradición esa eh…

Joaquín: Mantenida a raja tabla.

Bayer: ¿Qué linda ideología, no?

Julia: Sí, hermosa realmente.

Bayer: ¿Ustedes pertenecen al anarquismo?

Julia: Uno se siente anarquista, al menos es lo que puedo decir yo. No sé si podemos ser anarquistas ahora como está el mundo.

Leandro: Sí, Osvaldo, sí, somos parte de una nueva generación. Nos encontramos con otros tiempos, no son ni los tiempos de Bakunin, ni de Malatesta[10].

Julia: Es otro capitalismo.

Leandro: Sí, las ideologías han caído.

Joaquín: Han mutado hasta ese punto.

Bayer: 90 años…

Martín: Bien llevados…

Bayer: No sé, pasé muchas cosas, el exilio[11]…

Martín: Pero los has sabido llevar…

Julia: ¿Cómo se siente ahora con sus 90 años y pudiendo viendo ver hacia atrás?

Bayer: Que he vivido bien, perseguido muchas veces pero he vivido bien…

Julia: Con coherencia…

Bayer: Y siempre dispuesto a recibir visitas.

Leandro: ¿Y hay algo que extrañes?

Bayer: Mi mujer, fue una gran compañera, y se me murió. Que va a ser…

Martín: ¿Cómo se conocieron con la compañera?

Bayer: En la escuela de periodismo.

Martín: ¿Y cómo eran esos años de estudiante en la escuela de periodismo?

Bayer: Lindos, muy lindos, llenos de novedades, era descubrir ese mundo. El primer día ya nos conocimos y seguimos juntos hasta el final de nuestras vidas, cuatro hijos tuvimos.

Martín: ¿Y cuántos nietos tiene, Osvaldo?

Bayer: Diez.

Martín: Familia numerosa.

Bayer: Sí.

Joaquín: Los fideos del domingo no alcanzan para toda esa cantidad de nietos.

Bayer: Sí, así es. Muy lindo chicos que me hayan visitado.

Martín: Un honor, un placer.

Bayer: Bueno, no exageremos.

Leandro: Osvaldo, he leído también sobre su historia, y lo han casi exiliado de Esquel con la gendarmería[12], ¿no? Acusándolo de pasar información a Chile. Y ya hacía un par de años que estaban viviendo ahí.

Bayer: Sí, una locura, me echaron.

Leandro: Después te viniste para Buenos Aires y estuviste de Secretario del Sindicato de Prensa.

Joaquín: Y en relación a esto que hablabas de la búsqueda y del periodismo, en relación con el periodismo de hoy, ¿cómo era ese periodismo de antes? ¿Qué buscaba ese periodismo?

Bayer: Yo buscaba hacer la revolución, trabajaba en la prensa gráfica y trataba de hacer un periodismo revolucionario, y me aceptaron eh, buena gente. Trabajé también en Clarín.

Martín: ¿Y cómo era la relación en Clarín? ¿Había lugar…?

Bayer: Sí, sí, me respetaron siempre, hasta que me fui.

Leandro: ¿Te acordás de ese proyecto[13] que presentaste, por el que después te declararon persona no grata en el senado…?

Bayer: Sí, recuerdo.

Leandro: ¿Era un proyecto para un mercado común en la Patagonia, no?

Bayer: Sí, así es, cada cosa he pasado en mi vida.

Leandro: Eso ¿cuándo fue?… En el 2008, hace 9 años.

Martín: Y que además te habían nombrado ciudadano ilustre también… a las tres semanas creo que había sido. Vos Osvaldo, ¿cómo ves en relación a cosas como esta, las instituciones de este país que te nombran ciudadano ilustre y a las tres semanas persona no grata?

Bayer: Es una locura, transitar un vacío, una locura.

Leandro: Siempre me llamó la atención, que siendo vos el mayor biógrafo de la vida de Severino Di Giovanni, siempre te declaraste pacifista. ¿Hay alguna influencia de Tolstoi?

Bayer: Sí, total, una influencia total.

Leandro: ¿Y de Eliseo Reclus?

Bayer: Sí, también. ¿Qué personajes, no?

Leandro: Adelantados en su tiempo.

Bayer: Sí, así es.

Leandro: En tu trabajo también conociste a Abel Paz[14]…

Bayer: Sí, fue uno de mis mejores amigos.

Leandro: Él lo rescató a Durruti.

Bayer: Sí, claro… Abel paz…un gran amigo.

Martín: Y Osvaldo, en relación a los mitos, ¿hay alguno que te guste más?

Joaquín: Sí, o alguna leyenda autóctona… ¿algo que a vos te guste en particular?

Bayer: Que pregunta difícil eh… estoy viejo (risas), déjenme pensarlo.

Leandro: Quizás…

Bayer: Qué decías…

Leandro: Pensaba… se me ocurría preguntarte qué pensás del mito de Perón.

Bayer: Fue un gran demagogo, cambió todo para no cambiar nada.

Leandro: Un gatopardismo…

Bayer: Sí, un gatopardismo. Sostuvo el capitalismo tal cual, lo desarrolló inclusive, impuso el capitalismo brutal.

Martín: ¿Estuvo en el ejército de Yrigoyen, no?

Bayer: ¿Él? Sí, estuvo.

Martín: Fusilando…

Bayer: Sí.

Martín: Y nunca se hizo cargo.

Bayer: No, no. Y claro, fue un demagogo. Nos llevó a un lugar donde realmente los pobres podían vivir un poco mejor y se sentían más personajes de esa sociedad, pero no cambió nada del capitalismo.

Martín: Cambiar para no cambiar.

Bayer: Absolutamente.

Leandro: Te preguntaría sobre la actualidad, pero…

Bayer: Y, sigue el mismo despelote de antes, no cambiamos los argentinos, seguimos así y vamos a seguir siempre así.

Joaquín: ¿Vos creés que es algo propio de los argentinos, o algo más allá de ser argentino?

Bayer: Los argentinos somos así y lo vamos a seguir siendo.

Leandro: (Mirando el jardín detrás de donde está sentado Bayer) Que lindo jardín de invierno.

Bayer: Sí, jardincito.

Leandro: ¿Te falta algo por publicar?

Bayer: No sé qué responderte.

Martín: ¿Estás conforme con todo lo que ya hiciste, o te falta algo más?

Bayer: Sí, estoy conforme, tengo noventa años ya, y la seguiré luchando.

Leandro: Diez años más aunque sea.

Bayer: Ojalá, estoy viejito ya la verdad.

Martín: ¿Cómo era tu vínculo con Osvaldo Soriano[15]?

Bayer: También fue uno de mis grandes amigos.

Martín: ¿Tenía mucho humor, no?

Bayer: Sí era así, una gran persona.

Martín: ¿Y te gustaba su literatura?

Bayer: Sí, me gustaba mucho. ¡Qué lindo que hayan venido!

Julia: Que lindo que nos hayas recibido, Osvaldo.

Martín: Gracias por recibirnos.

Bayer: Por favor…

Julia: Te esperamos en la Biblioteca, cumple ochenta y dos años en este 2017.

Joaquín: Muchas gracias por recibirnos, Osvaldo.

Afuera, en la calle, como vueltos sobre el silencio, sobre la historia, sobre los andares cotidianos de barrios colmados, retomamos el andar entre los mitos que se encuentran colgados en las esquinas como señales y direcciones para el urbano errar. Atrás quedan las risas como un rumor, y el viento, ese que se eleva como una nostalgia agarrada de las hojas del tiempo, nos despide.

[1] Severino Di Giovanni (1901-1931) Anarquista expropiador italiano que vivió en la argentina en la década de 1920. Fue capturado y ejecutado por el gobierno de facto de José Félix Uriburu el 1º de febrero de 1931. Fusilamiento por el cual Roberto Arlt escribió el artículo “He visto morir”.

[2] Biblioteca Popular José Ingenieros fundada en 1935 y en funcionamiento hasta la actualidad. (Ramírez de Velasco 958, CABA)

[3] “Los cantos de la sed (Continente, 2015)” abarca poesías escritas por Osvaldo Bayer en su juventud.

[5] Simón Radowitzky (1891-1956). Reconocido anarquista por atentar y matar al jefe de policía Ramón Lorenzo Falcón, responsable de la brutal represión de la semana roja de 1909 en Buenos Aires.

[6] Los mártires de chicago, o la masacre de Haymarket producida en Chicago, Estados Unidos en 1886. Huelga obrera que reivindicó la jornada laboral de ocho horas, y por la cual fueron condenados a reclusión y muerte a ocho trabajadores anarquistas y anarco-comunistas bajo un juicio ilegitimo de clara persecución ideológica. Dio lugar a la conmemoración del 1 de mayo como el día internacional de la lucha obrera.

[7] “Exilio (Juan Gelmán y Osvaldo Bayer, 1984)” retrata los años de exilio vivido por los autores.

[8] Juan Gelmán (1930-2014) Reconocido poeta argentino, periodista y traductor. Premio Cervantes 2007.

[9] Friedrich Hölderlin (1770-1843) Poeta lirico alemán erigido como uno de los mayores forjadores de la identidad alemana. En su juventud entabló amistad y compartió estudios con Georg W. F. Hegel y F. Schelling.

[10] Mijaíl Bakunin (1814-1876) y Errico Malatesta (1853-1932). Reconocidos como clásicos ideólogos anarquistas que formularon y desarrollaron las teorías y prácticas dentro del movimiento ácrata.

[11] Durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, la cual era controlada por su ministro José López Rega (fundador de la organización Alianza Anticomunista Argentina), Bayer fue amenazado y perseguido debido a sus obras, sobre todo por su libro Los vengadores de la Patagonia trágica. Esto motivó su exilio en Berlín desde 1975, el cual mantuvo hasta la caída de la posterior dictadura militar en 1983.

[12] “OB: Poco después fui a hacer periodismo a la Patagonia, a la ciudad de Esquel, pero al año me echó Gendarmería. Vinieron dos oficiales a mi casa y me preguntaron si yo no sabía que Esquel era una ciudad fronteriza. Les dije que sí, claro que lo sabía. Yo había hecho notas a favor de los mapuches de la zona, y eso, dijeron, ponía en peligro la seguridad nacional, así que me dieron 48 horas para salir. Yo había fundado un diario que se llamaba La Chispa, que efectivamente tenía un nombre como para alarmar a Gendarmería. Pero yo tenía mi familia, cuatro chicos, y me vine.” Recuperado de El último rebelde

[13] “OB: Sentí en los huesos la estupidez absoluta nada menos que del Senado de la Nación y un desprecio por el senador nacional Eduardo Menem que había presentado ese proyecto donde se me calificaba de “persona no grata”; que se debía nada menos a que yo había escrito que, como primer paso al logro de los Estados Unidos de América Latina, el sueño de Simón Bolívar, uniéramos económicamente sin fronteras a la Patagonia chilena con la Patagonia argentina y así dar el primer paso al Mercado Común Latinoamericano.

Califiqué de irracional la frontera entre estas dos naciones. Y el Senado de la Nación, por iniciativa de Eduardo Menem, aprobó por absoluta mayoría declararme “persona no grata“, menos el voto de tres senadores. Cuando en el próximo período entró como senador Daniel Filmus, presentó un proyecto por el cual el Senado anulara tal resolución. Y se anuló esta vez con el voto de todos los senadores. Fue un triunfo de la ética.” Recuperado de Entrevista a Osvaldo Bayer, en Otro Viento

[14] Abel Paz (1921-2009) seudónimo de Diego Camacho Escámez, escritor, historiador autodidacta y militante del anarcosindicalismo. Vivió en su juventud los avatares de la guerra civil española. Hecho que marcará las investigaciones realizadas en su vida, y que se reflejan en “viaje al pasado (Memorias 1936-1939)”, y “Durruti: el proletariado en armas”, entre otros.

[15] Osvaldo Soriano (1943-1997). Escritor y periodista argentino, reconocido internacionalmente por sus cuentos, artículos y novelas, algunos llevados al cine como “No habrá más penas ni olvido (1983)”.

* Publicado originalmente en la revista de arte "Chubasco en Primavera"

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