Así lo sostuvo la incansable Nora Cortiñas. Fue en Veinticinco de Mayo, en un acto que recordó a Santiago Maldonado al cumplirse el décimo mes de impunidad, tras su desaparición forzada seguida de muerte.
Nos sentimos acompañadas cuando estamos así, compartiendo este dolor y esta lucha como si fueran nuestros hijos y nuestras hijas. Después de 10 meses seguimos. ¿Que lucha esta, no? Tan dura. Sin embargo, transformar el dolor en lucha es lo que hacemos las madres desde hace 41 años. En vez de quedarnos rezando, como nos decían los curas: "Quédate rezando, armá un altarcito en tu casa, y agrégale una flor". Nosotras desobedecimos. Salimos a la calle. Molestamos. Y seguimos molestando. Ya quisieran todos que nos quedáramos en nuestras casas. Sin embargo, seguimos. Lo que no nos imaginábamos es que, después de 41 años diciendo "Nunca Más", íbamos a volver a presenciar este ámbito de dolor, que fue la desaparición de Santiago. Al Gobierno le molesta que digamos que Santiago fue víctima de una desaparición forzada seguida de muerte. No toleran esa verdad. Santiago no se ahogó en ese rinconcito del río. De ninguna manera. El Gobierno cree que somos imbéciles. Pero no somos imbéciles. Santiago no estuvo 80 días en ese rinconcito del río, hay testigos. Allí está Verónica Heredia, que fue -cada tantos días- a ese lugar, a ese espacio y ahí no había un Santiago. Entonces tenemos que seguir.
Ahora nos quieren militarizar, para que las fuerzas armadas nos cuiden. Otras voces quieren que seamos analfabetos: la señora Vidal no quiere que haya más universidades. ¡Qué suerte para ella! ¡Qué tranquilidad! No hay maestros, no hay profesores, no hay educación. Si somos todos analfabetos nadie se va a enterar de lo que pasa. ¡Cómo estamos! Santiago era un ejemplo: un joven que decidió apoyar a los mapuche, una comunidad castigada.
Con lo de Santiago y con lo de Rafael Nahuel quieren disciplinar a la juventud, diciéndoles que no se arrimen a ser solidarios con nadie. "Quédense en sus casas", tal cual como hicieron con nosotras. "No salgan a reclamar". Y ahora, si no salimos, va a pasar. Y aún, cuando salimos, pasó con lo de Julio López. El gobierno lo abandonó, no a su suerte sino a su desgracia. Por eso no apareció. Ocurrió también con Luciano Arruga: nadie escuchaba a la madre ni a la hermana, pidiendo y pidiendo. O con Daniel Solano, el chico que era de Salta, trabajador golondrina: se fue a la Patagonia a trabajar, y un día se dio cuenta que el dueño de la estancia adonde estaban, en ese emprendimiento, lo estaba estafando. Le dijo a los compañeros: "Nos están estafando, nos están robando". Y al otro día desapareció. Esto es lo que nos va marcando salir a la calle cada día más.
Lo que pasó en la villa 21 también es indignante, es el atropello total de los Derechos Humanos. Lo que pasa en el INTI, en el hospital Posadas, en el SENASA, en todas las instituciones, nos hace pensar que estamos en un Estado de excepción, como en un Estado de sitio. Son dueños de todo. Entran donde quieren, atropellan y no hay a dónde ir a reclamar. Entonces, tenemos que estar con fuerza, cada día más. Hoy estaba contenta de que Stella, la mamá de Santiago estaba organizando esta marcha. Me pareció bárbaro, extraordinario. Stella, te despojaste de esa timidez. Tomaste fuerza. La próxima marcha vamos a ser más todavía porque los vecinos que hoy miraban desde la vereda de enfrente, la próxima marcha van a estar acá con nosotros. Esa es la militancia. El deseo de pedir justicia y exigir y exigir. Para eso estamos acá. acompañando a la familia. Pero además, acompañamos al pueblo. Estamos acá, acompañándolos a ustedes, y al mismo tiempo, sin ustedes -nosotras- no hubiéramos llegado hasta hoy.
Estamos acá para seguir con fuerza. Porque las Madres seguimos con fuerza porque vivimos acompañadas. Porque los jóvenes, todos los muchachos y chicas que hoy tienen la edad que tenían nuestros hijos, están acá. Y están con nosotros. Por eso seguimos. Por eso vamos a seguir avanzando. Adelante, a luchar. Santiago fue víctima de una desaparición forzada seguida de muerte. Hay que insistir e insistir. Más con este Gobierno tan injusto y con tanto desapego al pueblo. Tenemos que seguir adelante, y decirle: "Macri, sacá las manos y las patas de tu pueblo, y empezá a trabajar". Fuera Macri. 30.000 detenidos desaparecidos, presentes. Ahora y siempre. Y los chicos baleados y asesinados por la policía, torturados, presentes también. Todos los días. Todos los días estamos acompañando a las madres que tienen a sus hijos víctimas de la Policía, la Gendarmería, de los que se llaman "servicio de seguridad". Y que son los que menos nos cuidan, y los que nos matan. Hasta la victoria siempre. Y venceremos, venceremos, venceremos.
* Publicado originalmente en Revista Cítrica
** Fotografías: cobertura colaborativa Revista Cítrica y lavaca