“Con qué ley me juzgaron, por culpable de qué
de ser libre en mi tierra, o ser indio tal vez,
qué conquista festejan, que no puedo entender”
Entrevista exclusiva de Antimafia Dos Mil y Our Voice al Lonko Facundo Jones Huala en el Penal de Temuco, Chile
“La lucha mapuche continuará, la lucha que siempre hemos planteado”, así nos habla el Lonko Facundo Jones Huala cuando nos recibe en la cárcel de la ciudad de Temuco, distante a casi 700 kilómetros de Santiago de Chile. Nos recibe porque gestionamos la entrevista con anticipación, cumpliendo con todos los protocolos y las formalidades de rigor para encontrarlo, pero no tenemos autorización ni para grabar en audio el encuentro ni tampoco para registrarlo gráficamente. Un encuentro exclusivo con Antimafia Dos Mil y el Movimiento Our Voice. Un encuentro que demandó cuatro horas y que nos permitió profundizar en los aspectos más salientes y poco conocidos de la lucha de las comunidades mapuches de Argentina y de Chile, la historia política de ambos países y las principales problemáticas actuales de los territorios, entre otras cosas.
Un encuentro en un escenario de encierro. Un encierro después de haber sido condenado a 9 años de prisión (6 por incendio y 3 por portación de armas)*. Un encierro que para él no ha sido obstáculo para su militancia. Una militancia ancestral (y de hoy) que compartió con nosotros, en una muy prolija sala de visita que inesperadamente nos reservaron para el encuentro. Un encuentro que nos atrevemos a decir que fue esperanzador en el sentido de la divulgación y la expansión de las ideas, la metodología y la esencia de la causa mapuche en ambos lados de la cordillera andina, después de recibir tanta manipulación por los medios hegemónicos de comunicación. Un encuentro enriquecedor y de alto valor testimonial.
A poco de internarnos en las instalaciones carcelarias, donde los enrejados y la presencia policial nos dan una clara idea de que estamos en las entrañas de una cárcel de mediana seguridad (en la que se encuentran recluidos delincuentes comunes, muchos de ellos con cadena perpetua, y nueve presos políticos mapuches: cuatro condenados y cinco imputados), la guardia que nos ha sido asignada nos lleva a una sala en la que hay una mesa con sillas. Tras unos minutos de espera vemos ingresar a Facundo, luciendo su inconfundible vincha azul, que lo distingue como Lonko. Trae en ambas manos dos enormes bolsos. Los deja en el suelo y nos abraza con el saludo mapuche “Mari Mari”. Después, gira sobre sí mismo y comienza a hurguetear en las bolsas: saca dos frazadas y saca un termo y una vasija a modo de mate. Nosotros le entregamos una bolsa con queso, panes, fiambre y un paquete de yerba. Agradece nuestro regalo y nos brinda hospitalidad (la hospitalidad entre comillas que un preso puede brindar a la visita, en un establecimiento carcelario). Los minutos siguientes se transformaron en horas.
Facundo Jones Huala, el Lonko (autoridad política y espiritual) de la Lof en Resistencia de Cushamen, de la provincia de Chubut en Argentina, tiene muy buen aspecto físico; tiene muy buen semblante, y tiene muy buen ánimo. Quedaron atrás los días en que su salud estuvo seriamente comprometida debido a la prisión, a la constante persecución y a las huelgas de hambre que llevó adelante en protesta por su injusto procesamiento y en favor de su causa. En sus palabras se siente su amistad, su calidad humana. Comparte con nosotros el mate, el fiambre, el queso y los panes. Comparte con nosotros su historia de luchador por la recuperación de las tierras usurpadas por el hombre blanco argentino y chileno. Nos confidencia vivencias de su infancia y de su juventud. Vivimos un encuentro ausente de formalismos y que es extremadamente distendido y tan cautivador, que ninguno de nosotros advertimos el avance de las horas. Afuera del salón, entretanto, la rutina carcelaria siguió su curso. Una rutina que incluyó la alarma general por el intento de fuga de un detenido. Un episodio que felizmente no tuvo mayores consecuencias, aunque desde el lugar en el que nos encontrábamos pudimos observar corridas y movimientos de funcionarios para recapturar a la presa.
“Acá estoy hace un año. Yo estaba en Valdivia donde el régimen de prisión es mucho más duro y por eso pedí el traslado a este penal, donde las condiciones de vida son mucho mejores. Hoy, para la visita de ustedes pensé que nos iban a llevar a un sector con pocas comodidades, por eso traje frazadas para darles un poco de confort. Pero felizmente eso no ocurrió”.
-Estás condenado, preso… pero ¿la lucha mapuche continúa, no?
“La lucha mapuche continúa y continuará, es la lucha que nos hemos planteado desde siempre. Hay que entender nuestra lucha en Argentina y en Chile con un neoliberalismo tremendo y transnacionales que nos está matando. Estamos en una urgencia. Pero esto viene desde mucho antes, desde “La conquista del desierto” que hizo Roca junto con la familia Bullrich. En aquellos años Adolfo Jorge Bullrich era intendente de la ciudad de Buenos Aires. Y con la ayuda de los ingleses que le dan armas y dinero a cambio de tierras en nuestros territorios, producen la masacre más grande. Mismas tierras que después prácticamente regalan en el 92’ con Menem como presidente. En este proceso podemos encontrar una estrecha relación con las familias del jefe de Gabinete de Ministros de la Nación Argentina, Marcos Peña y el actual Secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de la Nación, Miguel Braun. Pero la verdad es que esas tierras robadas por los Estados nunca dejaron de ser nuestras.”
“En Chile, por lo menos hubo un mínimo reconocimiento y devolución de tierras, aunque la persecución se da de igual manera. En la presidencia de Salvador Allende, dentro del proceso de reforma agraria vivimos devoluciones de tierras. De Allende no tenemos nada para decir, desde un punto de vista negativo. Y después del 11 de setiembre los peñis pelearon contra la dictadura. Sin embargo, el mismo Pinochet, también devolvió tierras. Pero en Argentina nada, ni en dictadura ni en democracia. Ni con Perón. Entonces en materia de devolución de tierras hay diferencias muy marcadas entre Chile y Argentina. En la región de la PuelMapu, de Argentina, fuimos abandonados. Y no es por una diferencia de presencia. Solo en la LofCushamen hay unos 7.000 mapuches. Solo en las zonas de Esquel, Bariloche y Chubut. Nucleados por otros Lonkos también”.
En ese confortable salón parecíamos estar en una isla solitaria. Aislados por una puerta vidriada (que circunstancialmente nos permitía visualizar policías, abogados y presos) nuestro diálogo se hizo mucho más distendido.
Y cuando Facundo Jones Huala demostró interés por el Movimiento Our Voice, recibió todas las respuestas habidas y por haber, con la misma sinceridad con la que nos historió su vida de Lonko.
“No me gusta ser líder, no me gusta ser caudillo, pero ser Lonko es una realidad que no puedo eludir. Uno es hijo de su propia historia, de su propia cultura. Una sumatoria de situaciones me llevaron a ser Lonko, a la edad de 22 años. Yo ahora tengo 33 años. Solo quería ser un weichafe (un guerrero). Pero ahora soy un Lonko.”
-¿La espiritualidad tiene un estrecho vínculo con el rol de Lonko?
“Mucho que ver. El Lonko recibe la fuerza espiritual y actúa en base a la fuerza espiritual. Porque es una misión espiritual”.
“Nosotros soñamos con un proceso de liberación nacional. En Chile hay mapuches universitarios, son pocos, pero hay. Los mapuches son en su mayoría, peones, albañiles. Yo mismo no he terminado la secundaria, pero me formé como autodidacta. Nací en Bariloche, mi padre trabajaba en el rubro de los caballos. Después, nos fuimos cerca de la ciudad de Comodoro Rivadavia. A mis siete, ocho años yo vendía alfalfa que mi padre sembraba en un stud. Y hasta llegue a trabajar de caddie en un campo de golf. Y allí me fui plegando a las diferentes luchas de la ciudad y además fui participando de los ceremoniales de la comunidad. En aquellos tiempos la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) ya existía. Y quiero decir, que en Argentina el kirchenismo nos atacaba, nos tiroteaba cuando luchábamos por la devolución de nuestros territorios, como también ahora nos dispara el macrismo. Pero lamentablemente muchos integrantes de nuestras comunidades han sido coptados, han sido colonizados por grupos políticos y politizaron sus luchas, vendiéndose a las políticas del winka. Producto muchas veces del embrutecimiento de las comunidades”.
“Nosotros no planteamos nada nuevo. Estamos en contra del capitalismo, que es la expresión de la dominación. Los gobiernos de turno no nos interesan, estamos en contra del sistema mismo, si este sistema no nos deja vivir en nuestros territorios como nación. Como era al principio. Claro que los tiempos no son los mismos y lo que estamos viviendo ahora es una etapa intermedia, donde las comunidades no viven ni como vivíamos en nuestros orígenes ni como vive el mundo occidental. Pero queremos luchar para volver a esa forma de vida original Mapuche. Buscamos nuestros planteos con nuestra lógica. El sistema se construyó como resultado de un proceso revolucionario, de hecho el capitalismo actual se generó a partir de la revolución francesa y los grandes cambios se dieron con revoluciones de igual manera. Y eso es el ejemplo de que las revoluciones funcionan y sirven. Nosotros estamos planteando una nueva revolución contra este sistema.”
-¿Los han infiltrado a ustedes?
“Si, nos infiltraron pero nunca en profundidad. Muchas veces pasó con parejas de Peñis, que se acercan y dan información. Yo lamentablemente hice conocer el territorio a un chico que se hacía pasar por comprometido con nuestra causa y después salió en todos lados que era un agente infiltrado. Sabemos que desde siempre se usó la infiltración y la misma Patricia Bullrich creo que trabajaba de infiltrada en el grupo montonero. Casualmente todos sus compañeros desaparecieron o terminaron presos y a ella no le pasó nada, es raro. Y nuestra lucha no quedó ajena de ese método para golpearnos.”
“Quedó muy en evidencia con el caso de Operación Huracán. Que pueden buscar en los medios. Intentaron culparnos de sus tráficos de arma entre Argentina y Chile con Whatsapp falsos, y ese caso, que evidenció la corrupción del poder político, judicial y de las fuerzas de seguridad, hizo saltar también la estrategia de infiltración que llaman ahora Operación Tarzán.”
-¿Puedes hablarnos de tu recaptura en Argentina? ¿Cómo se concretó?
“Primero me agarraron porque torturaron a Gonzalo Cabrera y él dijo hasta lo que no sabía. Esa captura al final no duró mucho porque se declara la nulidad del informe por el Juez Guido Otranto, de aquel entonces, aunque después lo apretaron, matándole un perro y disparándole en la casa. Otranto se dio vuelta y fue uno de los que me persiguió despiadadamente. Después, me agarraron con la PDI (Policía De Investigaciones) de Chile, aunque eso también fue ilegal porque no tenían permiso para estar en Argentina y estuvieron. Y hacía un mes que me venían filmando los francotiradores camuflados con sus miras. Los videos los tiene mi abogada. Después de eso acá estoy.”
-¿Qué te inspira el narcotráfico? ¿El consumo de drogas, de alcohol?
“La droga y el narcotráfico es una herramienta más del capitalismo a la cual también nos oponemos. A mí me ofrecieron varias veces negocios con el narcotráfico, para hacer con las comunidades. Me ofrecieron cruzar toneladas de droga por la frontera de Perú y siempre rechacé eso. Pero lamentablemente la droga llegó hasta los lugares más Inhóspitos de los territorios. Marihuana, LSD y Cocaína. Y algunos líderes de comunidades también se corrompieron con esto. Con el discurso de que con esa plata se puede financiar las luchas. Por este motivo nos alejamos de los grupos New Age e Hippies que se la pasaban consumiendo estas sustancias. En nuestras comunidades, aunque nos cuesta, estamos en contra hasta del consumo de alcohol”.
“Incluso dentro de la cárcel misma pude entender cómo funcionaba este negocio del narcotráfico. Las fuerzas de seguridad que nos reprimen están metidas en esos negocios, los sindicatos, las barras bravas de fútbol y obviamente la política. Fíjate que en esto el Macrismo y el Kirchnerismo en esto se llevan bien y se unen, porque están metidos en el mismo negocio. Son las mismas mafias que están atrás de los Estados. Por eso nosotros no personalizamos la lucha contra un gobierno o el otro. Nos enfrentamos al sistema. Y de los partidos políticos no nos importan los discursos que den sino los hechos.”
-¿Qué te inspira la joven activista palestina AhedTamimi?
“Es admirable lo que hace esta joven. La valoro y la respeto mucho. Valoro el proceso revolucionario por la libertad del pueblo palestino. Lo siento muy cercano y me siento muy empático por ella y por su lucha, pero claramente son luchas distintas en contextos diferentes, aunque buscando un objetivo muy similar."
-¿Cómo ves el mundo? ¿Cómo ves a los jóvenes?
“La civilización occidental está al borde del colapso. Los jóvenes son semillas que necesitan una propuesta clara e independiente de todo lo anterior, porque si no van a ser llevados a lo mismo que antes. El gran problema de las luchas occidentales es que carecen de propuestas concretas. Es difícil luchar, pero se hace. Es difícil ganar la revolución pero se hace. Pero lo más difícil es presentar la propuesta después de haber ganado. Yo apoyo las luchas de los jóvenes y trabajadores y otros sectores, pero tienen que pensar bien la propuesta. La nuestra ya la tenemos, es la de siempre como Nación. Y no pretendemos que todos vivan como Mapuches, si les sirve para inspirarse esta bien, pero cada pueblo de acuerdo a su cultura y contexto tiene que pensar su propuesta y todos vivir en libertad, si estas propuestas se basan en valores que defienden la vida.”
La antesala del epílogo del encuentro, se tradujo en una reflexión del Lonko, sobre las comunidades mapuches. Sobre su mundo. Sobre su presencia en un sistema capitalista, siendo que ellos como pueblo originario tienen una cosmovisión muy diferente.
“El mundo mapuche es muy complejo. Somos muy espirituales, en la vida cotidiana. Pero somos muy espirituales con hechos prácticos. Y pedimos la continuidad para expresarnos con nuestra espiritualidad, cultura y cosmovisión que es humanista. La lucha seguirá radicalizando como todo proceso de revolución. Los mapuches estamos al borde de la extinción, pero estamos más vivos que nunca”.
(*) La condena se redujo, por los 1178 días que estuvo preso de forma ininterrumpida en Argentina y Chile, desde el año 2013. La reducción de la condena significaría un poco más de tres años; su pena sería entonces de 5 años y medio, y por buena conducta se reduciría a la mitad, con la posibilidad de obtener la libertad condicional.
Las fotografías fueron tomadas por Mauro V. Rizzi en la cárcel de Esquel Ilustración alusiva al encuentro: “Xilotrópico” de Santiago de Chile
Producción operativa Mariana Trejo
* Publicado originalmente en Antimafia Dos Mil