Con el nuevo Gobierno, en Vaca Muerta persisten los conflictos con las comunidades mapuche
Mientras volvía a registrarse un sismo en Añelo, en el centro de Vaca Muerta, Neuquén, donde vive la comunidad mapuche Campo Maripe: comenzaron una obra con la intención de instalar un ducto para transportar hidrocarburos. La comunidad, luego de la sorpresiva presencia de una empresa concesionada por YPF, se manifestó en el lugar y logró frenarla momentáneamente. YPF ofreció conciliar mediante una mesa de diálogo que iba a tener lugar ayer, pero la suspendieron hasta que los representantes de la comunidad se presenten solos, específicamente sin la organización que los contiene, la Confederación Mapuche de Neuquén. Las políticas y funcionarios macristas siguen intactos en el nuevo Gobierno Nacional encabezado por Alberto Fernández.
No es una casualidad que los movimientos sísmicos en la región de Vaca Muerta el año pasado hayan ocurrido más frecuentemente. En Gran Bretaña suspendieron el fracking justamente porque es una actividad que, además de contaminar masivamente, provoca movimientos de la tierra y fracturas de las placas geológicas. Pero en Neuquén todo es diferente. El gobernador Omar Gutiérrez se reúne con el Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para acelerar la sanción de una ley de hidrocarburos que fomenta las inversiones para extraer más gas y petróleo en la zona y en las comunidades aparecen grandes máquinas y operarios de empresas extranjeras subcontratadas por YPF. “Esta es una ley que va a buscar promover, facilitar e incentivar el desarrollo hidrocarburífero en cada rincón de cada provincia productora», declaró el gobernador neuquino.
Frente a esto, Campo Maripe logró suspender las zanjas que, de pronto, estaban excavando los operarios de la empresa Pecom, prestadora de YPF. Ninguna normativa del derecho indígena argentino fue cumplida. Entraron a su territorio y sin consulta previa. Luego ofrecieron dialogar pero con condiciones. “La estrategia de ellos es negociar con el más débil. Hay una docena de comunidades en Vaca Muerta y negocian individualmente ofreciéndoles paliativos. La cuestión del derecho de los pueblos indígenas queda siempre postergada. Tienen que cumplir con lo establecido y punto”, dijo luego de la suspensión de la reunión Jorge Nahuel, dirigente de la Confederación Mapuche. “El motivo del fracaso fue que quisieron imponer a la comunidad que prohíban que esté presente nuestra organización y Campo Maripe no aceptó”, agregó.
Como YPF es la concesionaria del gran bloque de Vaca Muerta que contrata empresas multinacionales para extraer recursos naturales no renovables, es la responsable principal de cumplir con las leyes vigentes y controlar que el resto de las empresas lo hagan también. Pero Pablo Bissotto, vicepresidente ejecutivo upstream de YPF, nombrado por la administración de Mauricio Macri, persiste en mantener políticas antiguas. La comunidad lo expone en un comunicado y denuncia que en la anterior gestión “cumplió a rajatabla la orden del Ministerio de Seguridad que era demonizar la presencia mapuche, criminalizarla y aplicar una política represiva a todo quien se opusiera a la explotación descontrolada de Vaca Muerta”. Por el momento, Bissotto sigue en el cargo.
“YPF es la empresa de bandera pública cuando se quiere hacer propaganda, pero cuando exigís información o explicaciones funcionan como sociedad anónima, actúan como si no tuvieran obligaciones y si derechos a mantener la confidencialidad en la información de las obras. Tiene esas dos facetas y las utiliza según su conveniencia”, dice Nahuel, y explica: “Eso se debe a que no hay una política clara. Juegan con nosotros hasta que llega el momento en que hay una acción directa como la que protagonizó ahora Campo Maripe, que prohibió continuar con el ducto”. Esta actitud de protesta busca un diálogo serio, de respeto recíproco entre YPF y la comunidad mapuche. “No puede ser que pretendamos que nos respeten las multinacionales que entran y salen a su antojo si la propia empresa de bandera es la primera que viola los derechos. Eso no lo hace YPF porque si, lo hace porque hay una política pública que lleva adelante la provincia de Neuquén de no controlar de no fiscalizar, de declarar que eso es un desierto y que pueden entrar y salir a su antojo”.
Además declara que “revientan la tierra, la poca capacidad productiva que tiene la terminan de destruir, generan contaminación, tenemos que soportar los derrames y todos los accidentes que ha, que son producto de la falta de control. Eso no puede continuar, no puede ser una política que se repita año tras año. Lo tuvimos que soportar estos últimos años porque nos mandaban a Gendarmería, nos fusilaron por la espalda como le pasó al peñi Rafael Nahuel, vivimos un estado de amenaza y militarización en el territorio. Ahora que hay un discurso nuevo, que hay una gestión nueva, donde todo va a ser producto del diálogo y la participación, no pueden continuar estos funcionarios. Éstos vienen de la gestión macrista y todo el discurso que hace el gobierno actual se cae si los que lo van a representar son estos personajes oscuros”.
El diálogo propuesto por YPF debe ser sin condicionamientos. La empresa estatal tiene asesoramiento garantizado. La comunidad vulnerada tiene todo el marco jurídico para prohibir que las empresas petroleras se instalen en su territorio. Falta un Estado que no lo ignore y aplique el derecho vigente que en la práctica sigue postergado, provocando desastres permanentes en el ambiente pero que impactan de forma inmediata en las comunidades que allí viven.
* Publicado originalmente en ANRed
** Fotografías: Negro Ramirez
*** Imagen de portada: Nos Digital